martes, 3 de diciembre de 2013

Ampliación del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel

       En el último Patronato del Parque Nacional las Tablas de Daimiel el punto principal de la sesión fue la ampliación del Parque, con dos propuestas: una por parte la administración y otra por los grupos conservacionistas. Por parte de la administración la ampliación del Parque se efectúa a los terrenos de viñas y de olivos que se está comprando por el Ministerio de Medio Ambiente. Por parte de los grupos conservacionistas la idea es comprar terrenos más útiles para el Parque, como los aledaños al mismo, zonas de ribera, pegados a la presa de Puente Navarro y hacia los Ojos  del Guadiana. Se permite que los compren particulares con la consiguiente explotación, como es loable por parte del dueño. Esto produce  grandes impactos por la agricultura en los ecosistemas con los productos que se utilizan como los herbicidas, insecticidas, fungicidas, etc.. en la misma linde del Parque, sin zona de amortiguación de impacto. La propuesta de los grupos conservacionistas es la ampliación hacia las zonas importantes para el funcionamiento natural del ecosistema, los Ojos del Guadiana, que por suerte han comenzado a brotar y son el  nacimiento y madre de las Tablas. El padre es el  Río Cigüela, las  lagunas más cercanas al Parque son sus hijas.  La vida misma nos dice todos los días y muestra las zonas donde se mueven los patos todas las noches, son los mismos lugares que proponemos.
       Después de los días de alegaciones, la propuesta de los grupos conservacionistas es rechazada y la de la administración admitida. Esto no se puede comprender, ¿habrá algún interés oculto?
       Un Parque Nacional hay que mirarlo como un legado natural y con pleno derecho de las especies a vivir de forma libre y sin buscar la “pela” en todos sus conceptos como está pasando. No podemos crear un falso histórico natural y cultural como atracción turística, a base de modificaciones e intervenciones en Las Tablas, como por ejemplo las tres presas que se han construido convirtiéndolas en un pantano, más que una tabla con sus recodos, sus cobijos, que es lo que necesitan la mayoría de las aves de estas zonas palustres,  para vivir y medrar. En un momento dado se protegió el ecosistema por las características singulares que reunía y en una sola generación hemos modificado físicamente las Tablas más que en toda su existencia. Estamos cada vez más lejos del modelo que se quería restablecer de la famosa fotografía aérea americana de 1956.
       Es obligación del ser humano conservar al menos un representante de cada uno de los ecosistemas de la Tierra y somos responsables de entregarlo a las siguientes generaciones intacto. Hay voces que piden unas Tablas con sus fluctuaciones, sin estar sometidas por la mano del hombre, cuando hay sequia se secan y cuando hay avenidas de agua se lavan, como las que heredamos de nuestros antepasados, que se rijan por sí mismas. Nos habríamos ahorrado muchos millones de euros en eso  que se le llama “limpieza para que no se acolmaten”. No nos beneficia pensar: Tablas es igual a turismo y turismo igual a dinero, es mejor pensar Tablas igual a aire limpio, a puestas de sol, a cantos de ranas, a emigración de aves, etc. El  beneficio económico vendrá por sí mismo.
¿Para cuándo será la próxima ampliación sensata de nuestro Parque?
  Quizás dentro de 2.000 años los gestores del Parque se dejen de tanto politiqueo y actúen con sentido común.

Daimiel 18 de noviembre de 2013


Fdo. Manuel Fernández-Infantes Sánchez-Bermejo

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