Fuente: Diario Improbable
http://daimiel.cuadernosciudadanos.net/totem/2010/12/12/pasarela-las-tablas-hoja-del-diario-no-2
Hoy, cuando estábamos celebrando el acto de botadura en seco, junto a la casilla de Cantares, me sorprendió una mención que se hacía en la carta de denuncia que he transcrito en la página anterior. En concreto aquella que decía:
"¿Por qué se pueden pasear en barca ministros, presidentes, secretarios, amigos, familiares y flacas modelos de “pret a porter” y nosotros no?"
¿A qué venía eso de las flacas modelos? Como no tenía ni idea indagué hasta enterarme de que nuestro parque nacional se había convertido en una suerte de decorado natural para la elaboración de un reportaje de moda publicado en la revista Elle, en su número de este mes, y donde puede verse a la modelo, entre otras imágenes, en plena navegación sobre una de las barcas o incluso fumando.
La revista ha circulado por las manos de los que allí estábamos para comprobar la veracidad de los hechos, que en un comentario a este Diario Improbable, ya adelantaba "el pregonero". La flaca modelo, en ese manido estereotipo que consagra la belleza a tallas anoréxicas, posaba sobre las pasarelas, en las barcas, en un espacio reconocible por todos nosotros.
En dicho reportaje, sin embargo, no había alusión alguna a Las Tablas de Daimiel, salvo en los créditos finales y en letra más bien diminuta, lo que hacía difícil entender por qué ellos si habían sido autorizados en una actividad que no constituía promoción directa del humedal ni cantaba sus excelencias y a nosotros se nos prohibía una exaltación de la vida de personas ligadas al parque y de los valores que este singular espacio tiene para muchas personas y una reivindicación para regenerar estos tablares vinculados a la regeneración de los rios que los alimentaban.
Acaso si ese reportaje hubiera abundado, mediante un texto acompañante, en los valores de Las Tablas de Daimiel, si hubiera sido la ocasión nuevamente para promocionar este espacio y sobre todo para focalizar la atención hacia los problemas que padece, podría haber entendido la decisión de quienes, desde el parque o desde el Ministerio de Medio Ambiente lo autorizaron, pero lo cierto es que no hay nada de eso y sólo se utiliza como un fondo puntual para exhibir modelos inalcanzables a cualquier bolsillo normal. Y a cambio quienes nos sentimos comprometidos por este lugar cosechamos desprecios, somos boicoteados y hasta se nos manda a los guardias. Verdaderamente penoso.
Como contaba en un corro esta mañana yo no soy partidario de la barra libre en el paseo por barca. Yo, por respeto al lugar, restringiría esa opción a tareas de investigación, mantenimiento y difusión del parque y excluiría paseitos a políticos que buscan la foto, a familiares y amigos como se denunció hace unos meses en este cuaderno y a cualquier persona que pretenda convertir Las Tablas en una nueva Pasarela Cibeles para lucrarse con ellas. Pero, al parecer, toda esta gentuza goza del beneficio de convertir el parque en un jardin particular y los demás sólo somos merecedores de rechazo, de exclusión, de boicot a nuestras iniciativas conservacionistas. ¿Qué huele tan mal?
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