Dentro de los objetivos básicos del Plan Director de la Red de Parques Nacionales cabe destacar que los Parques Nacionales son lugares en que prima la no intervención y en los que el principio es permitir el libre devenir de los procesos naturales.
Después que los técnicos del Organismo Autónomo de Parque Nacionales decidieran paralizar la intervención de los 16 a 20 tractores que actuaban en el interior, a consecuencia de las denuncias de los grupos conservacionistas, a los 15 días de la paralización, vemos con pavor que con la justificación de apagar las turbas del Parque, han entrado decenas de maquinas de cadenas, tractores (aproximadamente 45), remolques, incontables coches todo terreno, flotas de camiones (aproximadamente 100), etc. La zona parece una autopista. Pronto pondrán semáforos. Por todos los sitios hay máquinas destrozando y sometiendo el Parque. ¿Qué pretenden? ¿ajardinarlo? El ruido es de un gran polígono industrial y no hay ninguna zona libre de la acción de maquinaria. Si están sofocando los incendios de las turbas ¿que hacen tantos motosierras y demás maquinaria innecesarias para apagar las turbas? ¿Hay algún interés económico oculto? ¿Las grandes empresas se reparten el pastel? Ejemplo: para hacer los 20 pozos que se pretenden hacer, no hay ninguna empresa de sondeos trabajando de Daimiel, y eso que están todas paradas. La Naturaleza nos ha dado la razón, el ecosistema no necesitaba ninguna intervención de máquinas, solamente agua.
En el interior del Parque bosques jóvenes de tarayes (con 20cm. de diámetro de tronco), han sido talados con la única razón de culpar a los árboles haber nacido en un sitio “equivocado”, no planificado para los proyectos de los gestores de someter la naturaleza. Después de atentar contra los tarayes, ahora están podando las encinas centenarias de la zona de Casa Blanca produciéndoles heridas enormes, imposible de cerrar por la corteza (esto les ocasionará la muerte en el futuro). Capturan jabalíes en jaulas que hay sembradas por todas las tablas y los masacran; las serpientes, sapos, gallipatos, y otras verdaderas reliquias endémicas de nuestra fauna local son aplastados “sin querer” por parte del personal y la maquinaria utilizada, aunque parezca increíble. Hemos pedido por activa y por pasiva que se den clases de sensibilización ambiental a los trabajadores del parque. Eliminando sin contemplaciones la fauna y flora endémica con tanta maquinarias y pretendiendo hacer vasos lagunares como si de un estanque artificial se tratase con sino fueran algo más las Tablas.
¿Dónde está la evaluación de impacto ambiental de tantas actuaciones?
El gran negocio: hacer obras faraónicas, en vez de traer agua de los ríos que están todos desbordándose, dentro de la misma cuenca hidrográfica del Guadiana. Ejemplo río Bañuelos (Malagón) a 8 km de Las Tablas. Este río recoge el agua de miles de hectáreas de la sierra de Malagón y todos los años corre, menos los de sequía, en este momento con el agua que lleva se llenarían las Tablas de Daimiel en pocos días. El río Bañuelos mediante un canal está conectado al pantano de Gasset al que ya no le hace falta porque tiene enchufado el pantano de la Torre de Abrahán mediante una tubería. El consumo de agua Ciudad Real está asegurado. Además sabemos que el embalse de Peñarroya estaba al 80 % en septiembre de 2009, antes de las lluvias.
Se está desembalsando centenares de hectómetros cúbicos en la provincia de Ciudad Real. Una buena gestión sería haber previsto la recogida de algunos excedentes para Las Tablas. El desarrollo sostenible pasa por adaptarnos al agua y otras energías de nuestro entorno, sin agotarlas para las generaciones venideras. Como dice un amigo (el “Jimi”): la Naturaleza arregla en un mes lo que no arreglan los políticos en años, es más sabia que todos los científicos juntos. Donde corre el agua una vez, lo volverá a hacer en el futuro, pase el tiempo que pase.
Repasando fotos no muy antiguas nos damos cuenta que faltan elementos culturales de la relación del hombre con el medio, elementos constructivos que son la historia del Parque, como el Quinto de la Torre, donde se asentaba una colonia de cernícalo primilla, se ha destruido completamente y hecho desaparecer por las maquinas. La casa de caza del siglo 19 en la isla de Dentro, utilizada en los últimos tiempos por las cigüeñas para anidar, también ha sido molida.
Para que éstos y otros temas no trasciendan y estén ocultos, en las entradas de los caminos tienen vigilantes para impedir el paso.
Uno de los objetivos del funcionamiento de los Parque Nacionales es la participación ciudadana, aquí se produce todo lo contrario, “el ocultismo”. Sin embargo estamos seguros que aún con tantas cicatrices, nuestro Parque, cuando tenga agua, explotará de vida.
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