En el último
Patronato del Parque Nacional las Tablas de Daimiel el punto principal de la
sesión fue la ampliación del Parque, con dos propuestas: una por parte la
administración y otra por los grupos conservacionistas. Por parte de la
administración la ampliación del Parque se efectúa a los terrenos de viñas y de
olivos que se está comprando por el Ministerio de Medio Ambiente. Por parte de
los grupos conservacionistas la idea es comprar terrenos más útiles para el
Parque, como los aledaños al mismo, zonas de ribera, pegados a la presa de
Puente Navarro y hacia los Ojos del
Guadiana. Se permite que los compren particulares con la consiguiente
explotación, como es loable por parte del dueño. Esto produce grandes impactos por la agricultura en los
ecosistemas con los productos que se utilizan como los herbicidas,
insecticidas, fungicidas, etc.. en la misma linde del Parque, sin zona de
amortiguación de impacto. La propuesta de los grupos conservacionistas es la
ampliación hacia las zonas importantes para el funcionamiento natural del
ecosistema, los Ojos del Guadiana, que por suerte han comenzado a brotar y son
el nacimiento y madre de las Tablas. El
padre es el Río Cigüela, las lagunas más cercanas al Parque son sus
hijas. La vida misma nos dice todos los
días y muestra las zonas donde se mueven los patos todas las noches, son los
mismos lugares que proponemos.
Después de los
días de alegaciones, la propuesta de los grupos conservacionistas es rechazada
y la de la administración admitida. Esto no se puede comprender, ¿habrá algún
interés oculto?
Un Parque
Nacional hay que mirarlo como un legado natural y con pleno derecho de las
especies a vivir de forma libre y sin buscar la “pela” en todos sus conceptos
como está pasando. No podemos crear un falso histórico natural y cultural como
atracción turística, a base de modificaciones e intervenciones en Las Tablas,
como por ejemplo las tres presas que se han construido convirtiéndolas en un
pantano, más que una tabla con sus recodos, sus cobijos, que es lo que necesitan
la mayoría de las aves de estas zonas palustres, para vivir y medrar. En un momento dado se
protegió el ecosistema por las características singulares que reunía y en una
sola generación hemos modificado físicamente las Tablas más que en toda su
existencia. Estamos cada vez más lejos del modelo que se quería restablecer de
la famosa fotografía aérea americana de 1956.
Es obligación del ser humano conservar al
menos un representante de cada uno de los ecosistemas de la Tierra y somos
responsables de entregarlo a las siguientes generaciones intacto. Hay voces que
piden unas Tablas con sus fluctuaciones, sin estar sometidas por la mano del
hombre, cuando hay sequia se secan y cuando hay avenidas de agua se lavan, como
las que heredamos de nuestros antepasados, que se rijan por sí mismas. Nos
habríamos ahorrado muchos millones de euros en eso que se le llama “limpieza para que no se
acolmaten”. No nos beneficia pensar: Tablas es igual a turismo y turismo igual
a dinero, es mejor pensar Tablas igual a aire limpio, a puestas de sol, a
cantos de ranas, a emigración de aves, etc. El
beneficio económico vendrá por sí mismo.
¿Para cuándo será la próxima ampliación sensata de nuestro
Parque?
Quizás dentro de
2.000 años los gestores del Parque se dejen de tanto politiqueo y actúen con
sentido común.
Daimiel 18 de noviembre de 2013
Fdo. Manuel Fernández-Infantes
Sánchez-Bermejo
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