Efe Ciudad Real
Actualizado domingo 27/12/2009 19:05 horas
Los más de 150 litros por metro cuadrado que se han recogido en algunos puntos de la provincia de Ciudad Real han provocando que un buen número de ríos que llevaban 13 años secos hayan vuelvo a ver circular el agua por sus cauces.
Este es el caso de los ríos Jabalón y Azuer, dos cauces que históricamente transportaban importantes caudales y que en las últimas décadas, debido a la sequía, a la sobreexplotación de los acuíferos y las infraestructuras hidráulicas concebidas para embalsar agua, han visto como sus cursos pasaban inadvertidos por la amplia llanura manchega.
El recuperado río Azuer. Efe
El temporal de lluvias que está afectando a la provincia de Ciudad Real les ha devuelto el protagonismo que tuvieron entonces, y estos días se han convertido en el centro de atención y mirada de cientos de personas y curiosos que se han acercado hasta puentes y riberas.
El río Jabalón ha encharcado e inundado gran parte de la zona de dominio público y su caudal ha provocado la apertura de la presa de embalse de la Vega del Jabalón, lo mismo que ha ocurrido con el río Azuer, cuya crecida ha hecho que se tenga que desembalsar agua del embalse de Puerta Vallehermoso y haya alcanzado zonas que han estado secas durante todos estos años.
Mauricio Sánchez, un hombre que en su infancia vivió en una pequeña casa situada en la ribera del río Azuer, recordaba cómo esta circunstancia le ha hecho, al igual que a otros muchos vecinos de Daimiel, acercarse hasta las márgenes del río para ver pasar el agua.
Mauricio Sánchez señaló que desde hace 13 años, en 1996, el río Azuer no había vuelto a ver circular el agua por su cauce, y fue entonces cuando otro temporal de lluvias rompió un ciclo de años de sequía similar al que ahora ha vuelto a vivir esta provincia castellanomanchega.
Entonces, dijo, "el Azuer, como ahora, llevó el agua hasta el cauce del Guadiana, donde la tierra abre la boca y se la traga" -en referencia al hecho de que el caudal circulante se infiltra en el terreno para ir a terminar al sobreexplotado acuífero 23-.
Jesús García, otro daimieleño que también se acercaba hasta el puente que cruza el río Azuer en las afueras de Daimiel, advertía al igual que Sánchez que el agua se queda en una zona lejos aún del Parque Nacional, donde penetra en el esquilmado acuífero.
Sólo si el temporal de lluvias fuera más intenso y la cantidad del caudal mucho más elevada, explicó, el agua podría acabar llegando al Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, aunque para que eso ocurra, reconoció, tendría que superar los grandes escollos que supone "los ojos por los que se cuela el agua".
No obstante, indicó que el hecho más importante de ver correr el agua por estos ríos es que tendrán una incidencia positiva en la recuperación de los niveles del sobreexplotado acuífero 23, la causa principal por la que ahora Las Tablas de Daimiel se encuentran sin agua.
Para los daimieleños, la recuperación del acuífero sería una magnífica noticia, decía Luis Vázquez, otra persona que se había acercado a ver correr el río, sin embargo, reconocía que para que eso ocurra tendría que llover mucho y cambiar muchas otras cosas más, en clara referencia a la política agraria actual que existe en todo el área del acuífero 23, que ocupa una extensión de 5.261 kilómetros cuadrados
Actualizado domingo 27/12/2009 19:05 horas
Los más de 150 litros por metro cuadrado que se han recogido en algunos puntos de la provincia de Ciudad Real han provocando que un buen número de ríos que llevaban 13 años secos hayan vuelvo a ver circular el agua por sus cauces.
Este es el caso de los ríos Jabalón y Azuer, dos cauces que históricamente transportaban importantes caudales y que en las últimas décadas, debido a la sequía, a la sobreexplotación de los acuíferos y las infraestructuras hidráulicas concebidas para embalsar agua, han visto como sus cursos pasaban inadvertidos por la amplia llanura manchega.
El recuperado río Azuer. Efe
El temporal de lluvias que está afectando a la provincia de Ciudad Real les ha devuelto el protagonismo que tuvieron entonces, y estos días se han convertido en el centro de atención y mirada de cientos de personas y curiosos que se han acercado hasta puentes y riberas.
El río Jabalón ha encharcado e inundado gran parte de la zona de dominio público y su caudal ha provocado la apertura de la presa de embalse de la Vega del Jabalón, lo mismo que ha ocurrido con el río Azuer, cuya crecida ha hecho que se tenga que desembalsar agua del embalse de Puerta Vallehermoso y haya alcanzado zonas que han estado secas durante todos estos años.
Mauricio Sánchez, un hombre que en su infancia vivió en una pequeña casa situada en la ribera del río Azuer, recordaba cómo esta circunstancia le ha hecho, al igual que a otros muchos vecinos de Daimiel, acercarse hasta las márgenes del río para ver pasar el agua.
Mauricio Sánchez señaló que desde hace 13 años, en 1996, el río Azuer no había vuelto a ver circular el agua por su cauce, y fue entonces cuando otro temporal de lluvias rompió un ciclo de años de sequía similar al que ahora ha vuelto a vivir esta provincia castellanomanchega.
Entonces, dijo, "el Azuer, como ahora, llevó el agua hasta el cauce del Guadiana, donde la tierra abre la boca y se la traga" -en referencia al hecho de que el caudal circulante se infiltra en el terreno para ir a terminar al sobreexplotado acuífero 23-.
Jesús García, otro daimieleño que también se acercaba hasta el puente que cruza el río Azuer en las afueras de Daimiel, advertía al igual que Sánchez que el agua se queda en una zona lejos aún del Parque Nacional, donde penetra en el esquilmado acuífero.
Sólo si el temporal de lluvias fuera más intenso y la cantidad del caudal mucho más elevada, explicó, el agua podría acabar llegando al Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, aunque para que eso ocurra, reconoció, tendría que superar los grandes escollos que supone "los ojos por los que se cuela el agua".
No obstante, indicó que el hecho más importante de ver correr el agua por estos ríos es que tendrán una incidencia positiva en la recuperación de los niveles del sobreexplotado acuífero 23, la causa principal por la que ahora Las Tablas de Daimiel se encuentran sin agua.
Para los daimieleños, la recuperación del acuífero sería una magnífica noticia, decía Luis Vázquez, otra persona que se había acercado a ver correr el río, sin embargo, reconocía que para que eso ocurra tendría que llover mucho y cambiar muchas otras cosas más, en clara referencia a la política agraria actual que existe en todo el área del acuífero 23, que ocupa una extensión de 5.261 kilómetros cuadrados